lunes, 21 de noviembre de 2011

Sobre el rechazo de lo femenino en la Tauromaquia.

Cuatro.

Noviembre 2011.


Sobre el rechazo de lo femenino en la Tauromaquia.


I.

A un escritor argentino – acuerdo pensar – debido.


Abiertas son las puertas del torturadero. Una silueta en su umbral. Allí observada, se diría ella. Pero Ariadna y Teseo. El laberinto es circular. Desconcertante, también; ahora, sin embargo, para el incompleto monstruo cuadrúpedo. Ya la silueta comenzando a ser figura; se le sabe Teseo aunque porte un arma afilada. Innecesario el ovillo en solución, pues es Ariadna.


II.

A Ludwig Feruerbach sólo parte de un sintagma debido.


Sé afirmar que el estado comunicacional nombrado en la palabra sociedad, se determina en un orden – alterable, verificable –, el cual dispone datos en identificación, en referencia, para diferenciar, para distinguir.

En alguna sociedad podríamos hallar aquel orden en relieve, verbigracia, en las formas de vestuario que intencionan distinguir hombres de mujeres.


III.

A una enunciación debido.


Lo femenino – he hallado enunciado – es rechazado en el entorno tauromáquico.

I. y II. inclinan lo absurdo en III.


IV.

A I., II. y III. debido.


El torero trabaja de mujer vestido.

jueves, 18 de agosto de 2011

Ovación, en pie.

Julio - Agosto 2011.

Tres.

Ovación, en pie.

A León Felipe.


Debo felicitar a cuantos – a cuantas – habiendo sido hechos nacer en el estado nacional que en tratados de geopolítica figura con el nombre de España, han querido elegir o aceptar a un cornígero bóvido para mostrarse en su representación. Así, un país es imaginado en un ser que es introducido – obligado –, por aquellos y aquellas cuya figura admiran, en un redondel para poder ser dado muerte. Para intentarlo, al menos. Quienes observan, aplaudirán una muerte adecuada; se indignarán ante una muerte que no lo sea. Espectadores, la esperan. Una, ésa. El precio que han pagado impulsa – crea – el espectáculo. Han pagado, además, para que hombres y/o mujeres como ellos y/o ellas acaben con la vida del cornúpeto, sin obstáculos a la visión; acaso por eso – también – el recinto es circular: se precisa certeza en cuanto ocurra:


Entrada,

el animal no vestido se defenderá, aunque condenado,

heridas mortales,

salida.



Satisfacción de quienes abandonan las seguras gradas. Pulcros, sin sangre en sus manos, en sus ropas.

La intuición no sensible que ha hecho al macho adulto del ganado vacuno intuición sensible es digna de aplauso. Un ser fuerte, capaz de ser agresivo, el cual es encerrado y lacerado en espera de la – su – muerte, se constituye en imagen de un país. Bravo. España, creída fuerte, capaz de ser agresiva, es promovida a situaciones – encerrada, acorralada, no se espera que resulte viva – donde es observada protagonizar el mecanismo de la agonía por quienes la admiran y costean los pagos para que ese acontecer sea. He ahí su Historia: curas, reyes, políticos o los herederos de sus privilegios desean encerrarla – mantenerla encerrada – para observar a quienes están sufragando – otros, otras, a ellos no vinculados familiar o fraternalmente – ejecutar un orden que es en sí una idea – cualquiera –, permaneciendo limpios y conformes.

Sostener la representación del toro asocia qué se haga de él – nombrado: Tauromaquia –, en nítida imagen. La aceptación como símbolo, su identificación íntima, se dignifica – se literaturiza – en propiedad; así, se implicará su defensa. El calado es un triunfo, pues es emocional, anatematizados quienes se opusieran, pues se amenaza lo propio. Si el toro es España, cuanto se haga de él se aceptará que se haga con ella: ha de ofrecerse a ser burlada, dañada, muerta, acaso indultada, cuando y donde le sea indicado, resignada a sí misma, dispuesta en el intento de realización de la idea de quienes la han encerrado; sostener el símbolo se vincula de esta manera al mantenimiento de una estabilidad nacional de dogmáticos con la fuerza para obligar su continuidad. Enemigos de la nación quienes negaran su anuencia. O dudaran.

Desconcierta tanta perfección en el uso de este símbolo de control: no importa lo agresivo que sea el toro – lo enérgica que sea tu protesta, España –, está a la merced de quienes lo han encerrado – la disposición en que te hemos puesto, España, nos otorga ventaja, pues siendo los creadores de ella, la conocemos: de qué forma se sale de aquí es nuestra decisión –.

España agonizada, sacrificada por quienes afirman amarla. Sacrificada … ¿ a qué ? A un cura solo plural cuyo dios no le habla, a un rey solo plural a cuyos súbditos no escucha, a un político solo plural que sabe que el bien común es aquello que mejor convenga a su entorno inmediato. Por eso envían a otros, a otras: los estrategas no saben de filos, de dolor ajeno, de arena o sangre.


` NO A LA PROHIBICIÓN DE LA TAUROMAQUIA, ES UN ESPECTÁCULO PROPIO, ESPAÑOL ´.


España se acepta por quienes no detienen o deponen al cura, al rey, al político, a los herederos del saqueo. Víctima de sí misma, pues.

No lo debo evitar: póngome en pie, un aplauso solo plural.

jueves, 7 de abril de 2011

En defensa del trabajo del torero.

Abril 2011.

Dos.

En defensa del trabajo del torero.

Erraría quien afirmare que no podría llamarse trabajar a la tarea por el torero desempeñada …, pues acaso nunca más precisión lingüística pueda hallarse en la determinación de la actividad humana.

Trabajar tiene su étimo en TRIPALIARE, verbo del Latín, desde la palabra TRIPALIUM, `tres palos´: el verbo identifica la acción de torturar usando de tres palos.

Neguemos, ahora – siempre –, que aquella actividad que un torero realiza no sea trabajar. He de reiterar: nunca más exacto su uso – diríase para ello, ellos, acuñado o pensado el término –.

`Tres palos´, además: lanza, banderilla, estoque. Dolor y salida en hombros

Pero los héroes no caminan acompañados.